Poco hay que decir de estas dos obras. Si bien los multitractos venían en su origen de un mecanismo para solventar el aburrimiento y lograr diversión, estas dos obras serán por y para dicho aburrimiento. Por tanto GoRza presentará una actitud despreocupada ante el resultado final del dibujo. Su fin único será experimentar lo grotesco y la fealdad. Cuantos más elementos nos den este objetivo mejor, sin importar cuanto sobrecargado quede el dibujo.
Ambos rostros pueden llevarnos a recordar a Las Brujas Hermanas, por el parentesco que puedan tener (Una con la cara más alargada y la otra con la cara más redonda). Aunque hay algunos aspectos que las diferencian de las primeras. Por ejemplo, estas dos llevan gafas, mientras que las otras lucían un viejo y roído sombrero.
En cuestiones estilísticas podemos notar que en estas dos obras el estilo se vuelve aún más duro y tosco.
Los trazos son más imprecisos y aleatorios (pues antes pese a ser imprecisos, muchos trazos juntos determinaban una forma). Esto se puede ver de manera muy obvia en el pelo de ambas señoras. Este será el punto máxime de este estilo grotesco que influirá tanto en la II-Etapa del I-Periodo de la Libreta de GoRza.
También cabe destacar que debido a la actitud despreocupada del autor estas dos obras no se firmarán.
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